Aránzazu encarna la aportación vasca a las vanguardias artísticas del siglo XX, a la vez que es un centro importante de producción cultural. Fue punto de partida del euskara batua, entre otras cosas. De Aránzazu ascendemos a las campas de Urbia. Los megalitos y las cabañas del lugar demuestran que está habitado desde hace tiempo. Tomarse un caldo para reponer fuerzas en la venta de Urbia es una más que buena idea. Desde Olza, llegaremos al paso de San Adrián, histórica ruta de comunicación con Castilla que ha visto innumerables sucesos e idas y venidas desde la época romana y cruza Aizkorri de un lado a otro. Siguiendo la ruta, por Añabaso, nos acercamos a la frontera entre Navarra, Álava y Gipuzkoa. Nos está esperando Etxegarate, el final de la etapa.